jueves, 11 de junio de 2009

No fui yo quién lo eligió, fue él quien me encontró

Era las 4 de la tarde cuando recibí la invitación de ir a una jornada vocacional; sintiéndome confundida salí del lugar y busque estar a solas.

Repentinamente una voz fuerte y aguda, me decía: “Katty ¿vas a la jornada?”. Era mi amiga Jaqueline, quién acercándose, me abrazó fuertemente sonriéndome con mucha gracia. “Vamos” me dijó y sin saber qué hacer, decidí seguirla.

Camino al lugar de la jornada, sin presagiar nada aún, decidí no continuar más… Tenía muchísimo miedo y una angustia embargó mi ser hasta el punto de salir escapando.

Corrí y corrí en medio de las calles, que alguna vez me vio caminar, y sin más tropecé con aquella Religiosa, quién me dio sus manos para seguir de pie. Quién lo iba a imaginar, ella sería la que me llevaría al lugar. “Vas a nuestra casa” expresó, respondí con un sí.

De pronto, ya era las 7 de la noche, estaba en medio de la jornada vocacional con varias jóvenes de mi edad; ellas alegres dirigían su mirada cálida hacia mí y a la Religiosa. Estaba ahí y mis miedos fueron desvaneciéndose poco a poco. No estaba sola pero al fin estaba a solas con Aquel que me llamó, pues en esa jornada encontré mi vocación.

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